La obra de Joaquín Fernández de Lizardi es un modelo de lo que NO deben ser los maestros. Para todos aquellos que estemos estudiando educación, es casi necesario leerla porque nos presenta los resultados que provocan una pobre y miserable educación. Presenta unas críticas que aún, desgraciadamente, siguen latentes: hay que controlar y pulir lo que se envía a las escuelas a enseñar, porque si se sigue manteniendo a un pueblo ignorante, la sociedad va a ir cayendo en decadencia sin esperanzas, casi, de mejorar. También critica el que aunque existe un sistema educativo no sirve para nada. En la actualidad no se puede decir que no sirve para nada, pero si se puede decir que hay muchos elementos que son buen ejemplo de una buena educación.
Algunos ejemplos se esos elementos a los que nos referimos son los que educan a punta de maltrato. Como lo dice el autor “la letra con sangre entra” ésta es una de las peores filosofías que un maestro puede seguir. No importa que buen maestro sea si cree en una filosofía así. Pedagógicamente hablando, otro mal ejemplo que nos presenta el autor es el verso escrito por su primer maestro, el verso incorrecto dice: “¿Pues del Padre Celestial / fue María la hija querida? / No, había de ser concebida / sin pecado original.”, cuando en realidad él quería decir: “Pues del Padre Celestial / fue María la hija querida, / ¿no había de ser concebida / sin pecado original?”. Este es un excelente ejemplo de que si el maestro no domina lo que debe dominar, que se puede esperar de los que van buscando aprender.
***Si quieres ser un buen maestro, lee al Periquillo Sarniento***
No hay comentarios:
Publicar un comentario